viernes, 25 de noviembre de 2016

"Debemos creer en la capacidad de las personas para mejorar sus vidas."

Esta frase que tan evidente y fundamental parece para un T.S. a veces pasa desapercibida. Es difícil podérsela grabar en la mente como un principio clave antes de empezar a trabajar en nuestro día a día. Este post viene a dar una serie de motivos por los que recordarla con entusiasmo y motivación.

El primer motivo que expongo es sencillo, la solución de los problemas de una persona no somos nosotros, ni la tenemos nosotros. El T.S. es una herramienta de la que todo el mundo dispone y que algunos utilizan a veces por necesidad y otras por obligación. En la oración de la vida de las personas el sujeto es la persona, y el trabajador social es un complemento del nombre que ayuda a darle más sentido a la oración, a conocer más sobre el sujeto y a ayudar a desarrollar su potencial. De este modo si no confiamos en la persona y en que puede revertir en alguna medida su situación por complicada que sea, toda nuestra intervención estará avocada al fracaso. Porque si algo caracteriza a las personas que suele atender un T.S. es estar totalmente desmotivadas con una indefensión aprendida o por sufrir períodos alternos de desmotivación (sobre todo en las itnervenciones más duraderas). Es en esos picos bajos de desmotivación donde más fundamental es nuestra labor para que la persona no acabe por rendirse y tirar al traste toda nuestra intervención. Las personas perciben cuando uno confía en ellas, cuando apuesta por ellas, cuando hacemos las cosas con ganas o sin ellas.

El segundo.aspecto que voy a destacar es la motivación. La R.A.E. describe la motivación como "conjunto de factores internos o ecternois que determinan en parte las acciones de una persona".Yo me atrevo a hacer mi propia definición: "La motivación es un impulso de energia positiva que sienten las personas para hacer  algo que consideran necesario y bueno para ellas o para su entorno. Este impuslo hace sentir a la persona una sensación de seguridad e indudable certeza de que va a conseguir su objetivo cueste lo que cueste." Llegados a este punto, ¿acaso no es la motivación fundamental para cualquier persona? Pues si, y es casi más importante mantenerla que conseguirla. El T.S. debe suscitarla a través de los intereses de la propia persona y debe mantenerla alimentándola, buscando y alcanzando con la persona objetivos a corto, medio y largo plazo.

El tercer motivo es que nadie sabe más de la vida de una persona que esta persona. Ciertamente las personas día a día nos conocemos un poco más a nosotras mismas si hacemos un poco de introspección sobre nuestros actos y a través de nuestras experiencias vitales. Es tan cierto decir que hay gente que muere "sin conocerse" (hablar de la construcción del conocimiento) como que cada día que pasa te conoces un poco más. Un trabajador social se encuentra a menudo con informes (médicos, sociales, institucionales, penales...) sobre una persona, incluso a veces tiene acceso a estos informes antes de ver a la persona cara a cara, pero la redacción de un suceso nunca será igual para cada uno de los sujetos implicados y menos para aquellos que tan solo analizan datos sin estar plenamente indicados. Puede compararse al juego del "teléfono loco" donde un emisor trasnsmite un mensaje a la oreja del compañero de al lado y este mensaje debe de seguir pasando de oreja en oreja a lo largo de un grupo númeroso hasta volver al propio emisor. Muchas veces el mensaje ha cambiado por completo.

En el Trabajo Social pasa muchas veces esto, nos llenan de informes sobre una persona, sobre cosas que le han pasado y ni tenemos el punto de vista de esta persona ni nos hemos dedicado a escuchar qué opina sobre lo que dicen de ella estos informes. Un T.S. no puede saltarse la información recibida sobre la autopercepción que tiene la persona sobre si misma y su historia. La "ventana de Johari" desarrollada por los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham nos muestra de una forma muy gráfica como el conocimiento sobre una persona está compuesto por  lo que esta persona conoce y desconoce de sí misma y lo que el resto de personas conocen y desconocen de esta persona. Acercar, por tanto, al sujeto a una visión global de sí mismo le ayudará a conocer mejor su propia realidad. Sin duda para que una persona llegue a compartir con nosotros lo que no comparte con nadie es fundamental trabajar la confianza, pero este punto lo desarrollaré en otro post. Lo que es importante saber de momento es que las principales fuentes de recogida de datos sobre una persona son los informes anteriores, lo que opina su entorno sobre ella (siempre que podamos llegar a estos datos), nuestras propias impresiones a través de las entrevistas y actividades que realicemos con ella y lo que esta persona nos cuente de si misma.

El motivo de la relación del autoconcepto y la capacidad de una persona para mejorar su vida es que a través de descubrir (ya que en la mayoría de las veces no nos lo van a regalar porque sí) este autoconcepto sabremos las razones por las cuales esta persona cree que pasan las cosas. Si por ejemplo una persona que ha empezado a consumir drogas es capaz de darse cuenta de que es debido a que esta vivivendo una depresión (por ejemplo) y no a "soy libre y hago lo que quiero" o a "no valgo para nada", será más fácil la intervención. Por una relación de causalidad (y no casualidad) podremos indicir en los factores que influyen en ciertos comportamientos o situaciones. Si la situación A lleva al sujeto S a realizar el comportamiento C, al erradicar A evitaremos la fuente del comportamiento C en el sujeto S. En caso de que la persona ande errada, ayudarle a conocer la realidad para  ayudarle a salir de sus posibles problema.

Por tanto, confiemos en la persona a la que atendemos porque lo de "todo para el pueblo, pero sin el pueblo" del despotismo ilustrado nunca funciona.


jueves, 19 de febrero de 2015

Las salidas profesionales del Trabajo Social.

La entrada de hoy está hecha especialmente para aquellas personas que quieran empezar a estudiar Trabajo Social o para aquellos que están ya en la carrera y aún no saben qué van a hacer cuando acaben.
Los estudiantes de Trabajo Social (y la sociedad en general) al principio solemos pensar que nuestra única fuente de empleo es trabajar en un centro de Servicios Sociales, es decir el ámbito público (trabajar para el Estado). Debo dar gracias a Dios porque esta realidad no sea así ya que si las cosas siguen por el camino que van pronto se nos borrará del mapa al menos en ese ámbito. Ahora daré algunas claves para ver como evitar esta situación.
Al estudiar Trabajo Social lo primero de lo que te das cuenta es de que nadie fuera de la profesión conoce a ciencia cierta de qué somos capaces. Todavía hay gente que cree que somos esos que se llevan a lxs niños cuando los padres los cuidan mal, tópicos que hay que  desmentir. En la carrera no paran de repetirnos que nos tenemos que consolidar como profesión, que nos tenemos que hacer valer, ¿y cómo hacerlo? Esa es la cuestión.
Reuniendo lo que me han dicho unos cuantos profesores y mi visión (tras haber hecho prácticas y estudiado un poco sobre el tema) y opinión es haciéndonos fuertes.
Bajo el lema de "la unión hace la fuerza" considero que para hacerse fuertes hay que funcionar como bloque. Existe la marea blanca, en la cual todos los médicos salen a manifestarse cuando ven vulnerados sus derechos. Y también existe la marea naranja (seguro que conocida por muy pocos) en la cual supuestamente los trabajadores sociales salen a defender también sus derechos. Así por encima, diría que a las convocatorias de marea naranja acuden entre el 25% y el 30%, y no creo que vaya mucha más gente. ¿Y por qué los T.S. no defienden sus derechos? ¿Porque son tontos? Puede ser, y también porque hay muchos que están aburguesados y tienen miedo a perder su empleo. Es decir, se pasan por el forro el Código Deontológico del Trabajo Social, al cual os invito a echar un vistazo. Cuando una persona trabaja contratada por otra a veces se ve obligada a cumplir con la "normativa de la empresa", pero nunca debemos de olvidar que nuestro interés son las persona, y velamos por su bien, aunque tengamos que perder el empleo por causa de esto. Debo decir que hay muchos trabajadores sociales incompetentes (al igual que hay maestros, médicos etc. que no valen para su profesión), debemos no ser de ese grupo, sino de el grupo de los T.S. entusiastas de los que todo el mundo habla bien, a los que todo el mundo recomienda (como ese profesor que tuviste en 3º de la ESO que era tan genial, con el que no te hacía falta ni estudiar y el cual nunca olvidarás por su forma de dar las clases) Así debemos ser.
No me gusta hablar de cosas que oscilan y pululan en la nubulosa de la teoría y la palabrería, así que a parte de acudir a las manifestaciones de la profesión doy otro aporte aún más importante: Ser el mejor T.S. del mundo. Con ello quiere decir que no perdamos las ganas de aprender, que siempre podemos aprender, todos los días. El esfuerzo y las ganas tienen que ser nuestro motor ya que muchas veces las personas a las que atendamos carecerán justamente de esto. Toda persona a la que atendamos podrá mejorar su situación en algo siempre que quiera y que le llevemos la orientación adecuada. Es nuestra obligación lograr que las personas al recibir nuestros servicios no se vayan de manos vacías, tenemos que haber valido la pena. Es clave recordar que no somos representantes de una institución, sino representantes de las personas ante las instituciones.
Esto también tenemos que hacerlo notar de cara a otros profesionales, nuestro criterio tiene que ser único e insustituible por simples suposiciones de cualquier persona con buena voluntad. Ni somos administrativos, ni somos una máquina tira dinero, ni un grupo de ayuda, somos T.S.
La clave del T.S. es el empoderamiento de las personas tenemos que ser necesarios mientras intervenimos, pero también llegar a ser prescindibles como señal de que las personas son capaces de hacerse cargo de sus propias vidas. El empoderamiento no es una labor facil, pero con ganas tanto de la persona como del profesional, se puede.
Algunos recursos de empoderamiento son:
-A la persona sin trabajo: ayudarle a mejorar sus cualidades para poder encontrarlo, tanto de obtención de formación como de mejora de las formas de hablar y de comportarse.
-A la familia con problemas con los hijos: ayudarles a resolver los problemas escuchando a los menores y ayudando a los mayores a fijar pautas y normas claras, posibles y flexibles.
-A la persona alcohólica, toxicómana, ludópata, etc: Ayudándole a mejorar su relación con su adicción, y atendiendo de forma especializada esta situación.
-A la mujer maltratada: ayudándole a recuperar su vida, su dignidad, su seguridad y sus ganas luchar, manteniendo a raya a su maltratador.
-Al maltratador: reorientando su conducta, ayudándole a lograr buenos hábitos y a empezar de nuevo.
-A la persona con alguna discapacidad: Adaptándo su casa, encontrándole lugares y redes a las que acogerse y que le representarán, y haciéndoles ver (a los que no tienen graves demencias) que pueden hacer una vida normal. Y a los que las tienen hacerles estar lo mejor posible.
(Y podría seguir así con innumerables casos)

Como se puede apreciar, un trabajador social puede llegar a atender a infinidad de personas diferentes, y es que hay un montón de puestos de trabajo para un T.S: en Servicios Sociales Generales, en Servicios Sociales especializados (SEAFI, UCA, etc.), en ONG, en empresas, en Hospitales, en Viviendas Tuteladas, En centros residenciales o casas de días, en centros ocupacionales, en laboratorios de diseño de productos para uso de personas de a pie, teóricos que escriben en base a la práctica y prácticos que trabajan en base a la teoría,  algunos tienen sus propios despachos atendiendo a su propia cartera de clientes. El trabajo social puede ser tanto público como privado, el jornalero es digno de su salario.





miércoles, 18 de febrero de 2015

Iniciando el blog: Un cristiano que se metió a estudiar Trabajo Social.

Creo que es hora de empezar a escribir sobre el T.S. ¿Qué mas da ser todavía un estudiante? Esta profesión la empezamos a ejercer desde el momento en el que tomamos conciencia de que este mundo es cambiante y que por tanto aún no ha perdido la esperanza. 
Son muchas las personas que dicen que los seres humanos cambiamos en momentos de crisis. Son crisis "existenciales" donde todo lo que pensamos, creemos y sobre lo que ponemos nuestras seguridades se tambalea. Estas crisis son algo normal y nos ayudan a configurar nuestra personalidad, a que descubramos quienes somos, nuestras cosas buenas, nuestras cosas malas, y como mejorarlas.
¡Si es que siempre se puede mejorar! ¿Qué mejor motivación que esa para levantarse día a día? Mejorar nosotrxs mismxs y ayudar a los demás, esa es nuestra vida.